La integración de las aeronaves no tripuladas (UAS), un reto pendiente

RPAS

Cada siglo tiene una o varias décadas definitorias, con cambios importantes impulsados por múltiples acontecimientos culturales, políticos, económicos o tecnológicos que marcan la pauta. En los últimos años, la sociedad mundial del siglo XXI, y la europea en particular, ha alcanzado un nivel de conectividad, digitalización y movilidad antes impensable. Es precisamente en estos conceptos de digitalización, conectividad y movilidad donde se observan los avances más significativos, especialmente con la aparición de  sistemas y vehículos aéreos no tripulados (UAS/UAV) o remotamente pilotados (RPAS).

La aparición de estas aeronaves, junto con la mejora de los conceptos de navegación, ha sentado las bases de un sector emergente que poco a poco se está integrando en la vida cotidiana de la sociedad. Sin embargo, es en el mundo militar donde estos sistemas han tenido una penetración más temprana, y donde GMV está teniendo un protagonismo en el desarrollo de sistemas embarcados, suministro y certificación de UAS, etc. En particular, GMV, junto con AUREA Avionics, ya ha suministrado varios sistemas Seeker UAS al Ministerio de Defensa.

A pesar de esto, es en la vida civil donde se espera que estas aplicaciones vayan a tener un mayor impacto, haciendo viables operaciones cada vez más automatizadas donde la presencia humana se irá reduciendo. En el imaginario colectivo identificamos actualmente operaciones a priori destinadas a ser realizadas por drones, como el transporte urgente de productos sanitarios, el envío de auxilio a zonas de accidente o la monitorización rápida en zonas de emergencia, llegando incluso a aquellas localizaciones próximas a algún delito.

Sin embargo, todas estas operaciones plantean un problema común: la interacción de estos sistemas en espacios con otras aeronaves tripuladas y con personas u objetos no relacionados con la operación. En la actualidad, la normativa trata de imponer requisitos en función del riesgo concreto de cada vuelo, y es en el entorno urbano donde se están centrando los esfuerzos para tratar de desarrollar un concepto seguro que además permita flexibilidad a los usuarios para poder llevar a cabo sus actividades.

Esta normativa tiene que alcanzar un delicado equilibrio entre las dos visiones contrapuestas de las autoridades de aviación (tradicionalmente muy garantistas y que tienden a regular todos los aspectos) y la de los usuarios (usualmente sin conocimientos aeronáuticos previos y con procedimientos más relajados).

A modo de ejemplo, empresas de distribución mundialmente conocidas están pensando en desarrollar un servicio de paquetería directamente con UAS desde el centro logístico hasta el domicilio del cliente. Este caso concreto haría que cientos de naves sobrevolasen núcleos urbanos incrementando mucho el riesgo de accidente, tanto que podría incluso perjudicar al sector por la falta de confianza de la población. Por ese motivo se busca establecer un procedimiento claro y unas condiciones de seguridad suficientes sin convertirse en una barrera insalvable para quien se disponga a ello en términos de burocracia y certificaciones.

Salta a la vista que este proceso no es para nada sencillo y la casuística es casi infinita, por ello las instituciones europeas están desarrollando el concepto U-Space, un conjunto de nuevos servicios y procedimientos de gestión del espacio aéreo diseñados para garantizar el acceso al mismo de las aeronaves no tripuladas y su interacción con la aviación convencional, velando al mismo tiempo por el derecho a la intimidad y la seguridad de las personas y las infraestructuras.

Para ello, los servicios de U-Space se basarán en un alto nivel de automatización y autonomía, y es en la definición, estandarización y desarrollo de estos servicios donde GMV está jugando un papel clave durante los últimos años. GMV ha desarrollado varios servicios U-Space integrados dentro de la suite Dronelocus© (Servicio de Gestión de Emergencias, Servicio de Seguimiento, Servicio de Predicción de Disponibilidad de la Navegación y la Vigilancia). Estos servicios se han evaluado en entornos operacionales reales, integrándose con otras aplicaciones U-Space dentro del proyecto DOMUS, demostrador español de U-Space coordinado por ENAIRE. Además, otros proyectos con participación de GMV, como EGNSS4RPAS y SONORA, han sentado las bases de las necesidades de regulación en los sistemas de navegación, y seguirán dando soporte a la Comisión Europea en todas las actividades relacionadas. Por otro lado, proyectos como SUGUS y EUGENE (en actual ejecución), ambos liderados también por GMV, tratan de aportar soluciones tecnológicas que faciliten y automaticen los procedimientos de vuelo de UAS/RPAS en todo tipo de ambientes.

A pesar de la dificultad de su implementación, se espera que U-Space sea capaz de garantizar el buen funcionamiento de los drones en todos los entornos operativos y en todos los tipos de espacios, para todos los tipos de misiones y para todas las categorías de drones. Este sector será clave en el desarrollo económico y tecnológico en los próximos años. Es por ello por lo que el liderazgo europeo para hacer del modelo U-Space una referencia mundial depende del acierto en el trabajo realizado en su definición conjuntamente por la industria y las instituciones europeas.

Autor: Ginés Moreno López

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