Lo primero que Malonda recomienda es realizar un análisis de gestión de vulnerabilidades para conocer el estado real de las instalaciones, que aspectos presentan debilidades y dónde debemos actuar a nivel de alertas de seguridad. Tras ello, es necesario realizar auditorías de seguridad concretas en aquellas partes que hemos detectado vulnerables, como la web, el back-end y las aplicaciones que utilizamos, como la wifi, un servicio indispensable en los hoteles que debemos asegurarnos que es seguro para los clientes.

La seguridad no se limita al ámbito del propio hotel, hay que cubrir la ciberseguridad de todas las operaciones, desde la reserva que se hace desde la casa del cliente, las pasarelas de pago y cualquier otro servicio que tengamos con proveedores externos.

Otro aspecto fundamental que hay que tener en cuenta es la protección del dato tanto del cliente como de nuestros proveedores garantizando el cumplimiento de la GDPR (General Data Protection Regulation), en caso contrario podría originar duras sanciones ascendiendo desde un 4% de la facturación anual hasta los 20 millones de euros.

Como cierre, Malonda destacó la necesidad de concienciación y formación de los empleados en seguridad. El ser humano es el eslabón más débil de la cadena de ciberseguridad, alrededor de un 80% de los ataques de ransomware o phising se originan por un fallo del personal de la compañía. Si los empleados conocen los riesgos y las buenas prácticas en la materia se evitará más de un susto.