Investigación y tecnología de la mano, nos va la vida en ello

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La mayoría de las personas asume la buena salud como algo intrínseco a la vida. Sobre todo en la juventud, cuando en muchas ocasiones se le reta con excesos, o no se cuida de ella. Solo quienes conocen la enfermedad desde edades tempranas y conforme vamos cumpliendo años y apareciendo los “achaques” la valoran como lo más importante que tenemos en nuestras vidas.

Como explican algunos especialistas, el bienestar personal se sustenta en tres pilares: un buen entorno afectivo-familiar, una buena salud y disponer de una situación económica suficiente para afrontar las necesidades. Si uno de estos factores falla, mantener el equilibrio resulta complicado. Cuando hablamos de salud, nos referimos tanto a la salud física como a la emocional, dándose la circunstancia de que en muchas ocasiones el quebranto de la primera desemboca en el deterioro de la segunda.

Afrontar cualquier enfermedad supone un esfuerzo, aún más si se trata de afecciones crónicas o graves. En las primeras, una postura acertada es asumir la enfermedad como una carrera de fondo en la que se sucederán inevitables miedos y momentos de flaqueza, porque se padecerá de por vida. En las segundas, en palabras de un especialista en la materia, que superó un cáncer de tiroides, el reconocido Doctor Pedro Lara, la actitud no puede ser de derrota, porque “la ecuación de cáncer igual a muerte, actualmente no es directa”, pero indudablemente “ante una enfermedad grave, hay que hacer una transición personal”.

Mantener el equilibrio emocional cuando se diagnostica un problema tan serio como el cáncer, incluso encararlo con fortaleza y templanza para superar las terapias, y los efectos adversos que provocan, es un reto importante, pero resulta a su vez de gran ayuda para el paciente. Aceptar la pérdida de la salud supone vivir un duelo y tras la batalla que se libra contra la enfermedad, indudablemente, las personas cambiamos. En el caso del prestigioso doctor Lara, no sabe si la enfermedad le ha hecho mejor especialista pero “sí mejor médico”. Esta precisión marca la diferencia en los resultados de salud de los pacientes, entrando en juego conceptos como la empatía, la humanidad o el amor al prójimo en la premisa de solvencia profesional. Lara comparte su convencimiento sobre la figura del médico como el profesional que vive la enfermedad con el paciente acompañándolo, haciéndose cargo de su sufrimiento. Porque “el médico es un socio del paciente, al que acompaña en su viaje, no es un mero proveedor de servicios”. No nos deja indiferentes escuchar en palabras del doctor que “el cáncer es de las mejores cosas que me ha pasado en la vida”.

Abordaje integral

En los últimos años, fruto de la investigación y de la innovación sanitaria en el tratamiento del cáncer han surgido terapias como la inmunoterapia y tecnologías como la radioterapia intraoperatoria esperanzadoras para los enfermos. Como explica el doctor Lara, la situación ha cambiado positivamente con respecto a hace tan solo unas décadas, “cada vez tenemos una asistencia mejor, una mayor información y unos canales más rápidos para aquilatar el miedo inicial. La mayoría de los tumores que se diagnostican hoy en día, que son el cáncer de pulmón, el cáncer de mama, el cáncer de próstata y el cáncer colorrectal, se curan en un porcentaje cada vez más relevante de casos, en los cánceres de pulmón localizado la tasa relativa de supervivencia a 5 años es del 60%, en mama, el ratio de curación del cáncer localizado la tasa relativa de supervivencia a 5 años es del 95% y en el regional del 85%, en el cáncer de próstata tanto localizado como regional la tasa relativa de supervivencia a 5 años es prácticamente del 100%”.

Nuevas aportaciones terapéuticas de base digital como el planificador de RIO (Radioterapia Intraoperatoria) de GMV, Radiance™, está demostrando muy buenos resultados (tanto referido al hecho de que no se reproduzcan otros tumores, como al incremento de la esperanza de vida) en tumores como los de mama o cerebro, sarcomas, recto, piel, metástasis vertebrales, entre otros.

De la misma manera, el abordaje del impacto emocional que supone asumir que se padece cáncer, ha mejorado notablemente. Como comparte satisfecho Pedro Lara “hoy hay psicólogos para oncología en los hospitales, hace años no era así”. La curación emocional, “en muchos casos, es más compleja que la biológica”. Además de la ayuda de especialistas (psicólogos y psiquiatras), actividades como el yoga o el mindfullnes se han mostrado beneficiosas para “combatir el miedo, la angustia, la ansiedad por el devenir vital”. Él mismo, durante su enfermedad, comenzó a practicar la meditación para concentrarse en el presente y hacer la transición personal de enfrentarse a una enfermedad grave, como explica. El yoga le ayudó a “digerir los malos tragos en una situación de paz para tomar distancia y ponerse en el lugar de los otros. No juzgar y aceptar de buen grado lo que va viniendo, sin perder el rumbo del sentido de tu vida”.

*Pedro Lara es Catedrático de Oncología de la Universidad Fernando Pessoa Canarias, Director del Centro Oncológico Integral Canario del Hospital Universitario San Roque de Las Palmas y Director del Instituto Canario de Investigación del Cáncer, Presidente de la Unión Europea de Especialidades Médicas. Grupo de Radiología Oncológica y Presidente de la Comisión Nacional de Oncología Radioterápica del Ministerio de Sanidad de España

Autor: Maole Cerezo

 

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