La responsabilidad, un tratamiento que da resultados

En estos días, más que nunca, se apela a la responsabilidad, una virtud de las personas que en situaciones como las que vivimos cobra una relevancia incuestionable, puesto que de su ejercicio dependen vidas humanas.

La responsabilidad como virtud

Hoy se evidencia de forma rotunda que actuar con responsabilidad en nuestro propio cuidado repercute de forma directa en la salud colectiva. La historia de la Medicina narrará, cómo la terapia de mayor éxito en la contención de la pandemia fue la responsabilidad. La de los entregados sanitarios que cuidaron a los enfermos en una situación extrema e inédita. También la responsabilidad de la mayoría de ciudadanos, que nos quedamos en casa atendiendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias.

Tras un confinamiento que brinda tiempo para reflexionar y valorar cada cosa en su justa medida, indiscutiblemente habremos caído en la cuenta del imprescindible valor de la salud y, posiblemente también, en la obligación personal y colectiva de cuidarla y preservarla. Individualmente podemos alimentarnos de forma saludable, hacer ejercicio físico, vigilar nuestra tensión o evitar situaciones de estrés que puedan desencadenar enfermedades… Y, además, podemos “empoderarnos”, asumir un papel activo y vigilante, con el objetivo de convertirnos en pacientes formados e informados capaces de tomar decisiones que ayuden a cuidar nuestro estado de salud.

Las tecnologías de la información y las comunicaciones son un aliado para lograr este objetivo individual. Y sobre todo, para alcanzar el objetivo colectivo de hacer real una Salud Digital, con la que contribuir al sostenimiento de nuestro sistema de salud y que la actual crisis está poniendo en valor como nunca había ocurrido hasta ahora. El Ministerio de Sanidad trabaja en coordinación con las sociedades científicas para establecer algoritmos y criterios de acceso a las UCI y compra robots para realizar test de coronavirus; comunidades makers conectadas en línea fabrican material sanitario con impresoras 3D; escritorios virtuales trasladan la actividad laboral a los hogares; apps como Coronamadrid o Salud Responde de la Junta de Andalucía facilitan al ciudadano el recurso para una autoevalución; tele-consultas médicas para pacientes con otras patologías y de carácter no urgente sustituyen a las visitas a los centros de salud; tablets con las que los enfermos hospitalizados reciben abrazos y besos virtuales rompiendo el mito de la frialdad tecnológica o “cañas on-line” entre amigos … La tecnología digital estaba disponible, solo ha sido necesario ponerla aún más en uso y explotar sus múltiples prestaciones, también en el ámbito de la salud.

Servicios sanitarios

 

 

Tecnología para responsabilizarnos del cuidado de la propia la salud

La democratización de la tecnología digital es responsable, entre otras muchas cosas, de brindarnos información para adoptar un papel activo en el cuidado de nuestra salud y en la mejora de nuestro bienestar. Al igual que somos ciudadanos participativos, implicados, autónomos, capaces de tomar decisiones informadas en cualquier otro ámbito de nuestra vida, también lo somos en el de la gestión corresponsable de nuestro propio estado de salud. Junto al diagnóstico y recomendaciones de nuestros facultativos, existe la posibilidad de obtener información ”saludable” a partir de experiencias compartidas en foros de pacientes o de especialistas, de investigaciones médicas o de artículos científicos difundidos por centros de investigación u hospitales de todo el mundo. Internet lo ha hecho posible, llevando las conversaciones sobre nuestras dolencias a un nuevo espacio virtual y global.

A estas alturas, estaremos de acuerdo en que atender el propio cuidado debe considerarse como algo más que una mera opción. Siendo la salud nuestro más preciado bien, ¿cabe eludir esta responsabilidad? El papel paternalista que no hace tanto desempeñaba el médico, llevando sobre sus espaldas la responsabilidad de la salud de sus pacientes, y la actitud confiada y quizás un tanto “infantil” de éstos, en el siglo de la Salud Digital, están abocadas al cambio. Quienes velan por nuestra salud y bienestar merecen toda nuestra credibilidad y confianza, pero también, nuestra complicidad y colaboración en este objetivo común. Y, ¿qué mejor momento para demostrarlo?

Internet, además de ser la mayor biblioteca Médica del mundo, es el canal que permite la comunicación remota en los actos médicos entre pacientes y profesionales o entre profesionales de distintas especialidades, a través de plataformas de medicina no presencial como Antari.

Esta plataforma web dispone de los recursos necesarios (atención planificada y de urgencia, videoconferencia, información en línea, alertas, planes de seguimiento…) para que nuestros sanitarios puedan, en situaciones de confinamiento como la actual, seguir a pacientes crónicos (muchos de ellos personas mayores) sin ponerlos en riesgo, o a los afectados por el virus con síntomas leves, sin abandonarlos a su suerte.

Asimismo, permitiría extraer conclusiones que ayuden a identificar los tratamientos más exitosos para hacer frente al virus cuando previsiblemente pueda aparecer de nuevo en otoño, así como a investigar de manera más eficiente las características de la esperada vacuna.

Por el momento, mientras nuestros profesionales sanitarios y científicos, entre ellos los del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CESIC) o los del Hospital Clínico coordinan sus esfuerzos para alcanzar estas metas con ayuda de la tecnología, nuestra contribución a la sociedad para protegernos y proteger a los demás, no es otra que la de seguir el tratamiento prescrito: ser responsables y cuidar de nuestra salud siguiendo las indicaciones de las autoridades sanitarias.

Autor: Maole Cerezo

Añadir nuevo comentario

Not show on Home
Inactiu

Source URL: https://www.gmv.com/media/blog/sanidad/la-responsabilidad-un-tratamiento-que-da-resultados