Movilidad conectada: el futuro, a la vuelta de la esquina

¿Recuerdas tu primer coche? Para algunos, la respuesta será un melancólico "sí". Tal vez fuera un modelo completamente analógico, con un motor ruidoso y un tubo de escape humeante. Para otros, un coche con aire acondicionado y con velocidad de crucero ya era un gran avance. Y para la generación más joven, el primer coche probablemente ya disponía de una serie de sistemas electrónicos con unas siglas difíciles de recordar.

Evolución continua

En las tres últimas décadas, el sector de la automoción ha experimentado una profunda transformación, impulsada por la evolución tecnológica y la digitalización. En los años noventa, los vehículos eran prácticamente analógicos: control mecánico, salpicaderos llenos de botones con indicadores y sistemas de seguridad limitados a los cinturones y, en algunos casos, airbags o sistemas ABS. La calidad y la seguridad dependían principalmente de la ingeniería mecánica, mientras que la electrónica desempeñaba un discreto papel.

A pesar de la existencia de ordenadores de a bordo desde finales de los años sesenta, conocidos como ECU (unidades de control electrónico), su verdadera evolución y expansión no se produjo hasta los años noventa, con la introducción de asistentes a la conducción, navegación GPS, sensores de aparcamiento o sistemas de frenado de emergencia. Posteriormente, las cámaras y los radares aumentaron la seguridad y la eficiencia, y los vehículos empezaron a integrar múltiples unidades de control especializadas.

Esta evolución culminó en el concepto de Software Defined Vehicle (SDV): vehículos definidos por software, cuya capacidad y funcionalidad se actualizan continuamente, como si fueran un smartphone con ruedas.

Movilidad para todos

Sin embargo, no todo el mundo se desplaza en coche. El transporte público también ha evolucionado mucho, con sistemas de pago diversificados, información en tiempo real e incluso wifi a bordo. Paralelamente, han surgido nuevos medios de movilidad urbana, como los patinetes y las bicicletas de alquiler, así como los VTC, que ofrecen alternativas prácticas y sostenibles.

Las ciudades apuestan cada vez más por medios de transporte ligeros para reducir el tráfico contaminante en los centros urbanos. Esta transformación solo ha sido posible gracias a los avances tecnológicos que han impulsado la creación de plataformas de gestión de vehículos de alquiler, que permiten controlar los trayectos y optimizar la disponibilidad.

Hoy en día, las ciudades ofrecen una paleta de opciones de movilidad que permite a los ciudadanos elegir la forma más conveniente de desplazarse.

Retos de la movilidad urbana

A pesar de la diversificación de opciones, la coexistencia de múltiples medios de transporte puede provocar conflictos en el espacio público. Coches, transporte público, bicicletas, patinetes, VTC y peatones suelen competir por unas infraestructuras que no siempre están preparadas para esta diversidad.

Este uso compartido puede provocar atascos y riesgos de accidente, como los atropellos con fuga, que van en aumento, y el exceso de VTC que contribuyen al tráfico urbano.

¿Y si todo estuviera conectado?

Imagina que tu coche pudiera comunicarse con otros vehículos, autobuses, bicicletas e incluso peatones. Imagínate que te acercas a un cruce y tu coche te avisa de que se acerca un niño corriendo hacia la carretera. O que el tráfico se ajustara automáticamente para permitir el paso de una ambulancia de urgencias.

Esto ya no es ficción. Actualmente se están llevando a cabo en toda Europa proyectos que exploran la tecnología V2X (Vehicle-to-Everything). Estos sistemas intercambian la comunicación entre vehículos e infraestructuras para favorecer la coordinación del entorno en tiempo real.

En Portugal destacan los proyectos C-ROADS Portugal y C-STREETS, que siguen las directrices de la plataforma C-ROADS de la UE. Estas iniciativas han permitido probar soluciones como la gestión de semáforos para mejorar la fluidez y la seguridad del tráfico.

Por ejemplo, la tecnología V2X permite a los vehículos ajustar su velocidad para evitar colisiones en los cruces o recibir información sobre obras, límites temporales de velocidad y vehículos prioritarios que se aproximan. El objetivo es fomentar una movilidad más segura y sostenible coordinando la circulación de vehículos de emergencia y reduciendo los tiempos de desplazamiento.

La tecnología al servicio de la movilidad

Estas tecnologías no pretenden controlar a los conductores, sino aumentar la seguridad y la comodidad de la movilidad urbana, al tiempo que contribuyen a reducir las emisiones y a crear ciudades más inteligentes.

La aplicación gradual de estas soluciones está aún en una fase temprana, pero las bases ya se han sentado. Muy pronto, los vehículos podrán adaptarse automáticamente a las condiciones del tráfico y responder con rapidez a los imprevistos.

El futuro de la movilidad

La movilidad conectada se está convirtiendo en una realidad. Ya se han dado los primeros pasos, y las ciudades del futuro estarán marcadas por soluciones que integren vehículos autónomos, infraestructuras inteligentes y servicios multimodales.

Es posible que la próxima generación ni siquiera necesite un primer coche, ya que las opciones de movilidad compartida e inteligente estarán plenamente integradas en el tejido urbano. Para las generaciones futuras, la movilidad conectada será tan natural como lo es hoy tener un smartphone.

Bruno Gonçalves

ITS director de Desarrollo de Negocio Portugal | GMV